"Ya sabe que usted
significa para mí la vida; pero no puedo darle la tranquilidad, porque yo mismo no la tengo. Me
entrego a usted entero, le doy todo mi amor, eso sí... No puedo pensar por separado
en usted y en mí; a mis ojos los dos somos uno. De aquí en adelante, no veo tranquilidad
posible para usted ni para mí. Sólo posibilidades de desesperación y
desgracia... o de felicidad.
¡Y de qué felicidad! ¿No es posible esa felicidad?".
Vronsky
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